CRONICAS

Bravin es Bravisimo


Luego del acostumbrado retraso de las aerolíneas venezolanas llego a una soleada y húmeda isla bonita, Margarita.


La temperatura bajo la sombra es alta y no paro de imaginar como aquella persona que conoceré en algunas horas, puede correr con un enorme disfraz sobre el diamante y las gradas para conseguir una que otra sonrisa en un estadio a medio llenar.




Manuel es mas que Bravin, es bravísimo; con sus 59 años 170cm de altura y contextura delgada tiene una historia llena de anécdotas y vivencias que jamás imaginarias poder encontrarse dentro de su menuda existencia.

Vestido modernamente con lentes de pasta y un humor infranqueable, Manuel llega al ingreso lateral #2 al terreno de juego con un pequeño bolso y unos chistes bajo la manga de su planchada camisa.




De inmediato ingresa al deposito #2, un lúgubre espacio para guardar bebidas que es cuidado por “Caracas”, un joven trabajador que ha metido mas la mano en el estadio que sus propios constructores por allá en 1956, sin duda alguna, otra historia para contar.

Entre torres de refrescos a punto de ebullición, bombillos fluorescentes tenues y una humedad digna de un baño de vapor, comienza la magia. Manuel se cuida mucho, utiliza una ropa limpia que lo separa del polvoriento disfraz que en unos minutos lo convertirá en Bravin, medias largas, ropa interior, franelas manga larga, rodilleras y canilleras “hay que cuidarse de los tubos en las gradas, un mal salto y se acaba el show”.







Bravin tiene dos hijos, dos hijos en un solo cuerpo, Sammy y Marcos son Bravinjunior, un par de jóvenes margariteños que colaboran en el acto durante la temporada. Manuel me cuenta que Bravin tenia su locker en el camerino del equipo, pero estos jóvenes, provenientes de familias humildes y con una que otra mala maña hicieron que mudara su arsenal de goma espuma y gamuza mas cerca del terreno, “me traje a mis disfraces y mis muchachos para acá, el jefe manda”.



Final del 3er Inning, Bravin saca unos minidisfraces para unos niños que realizaran una carrera dentro del terreno, al final todos ganan. Inicia la cuarta entrada y bravin brinca sobre las gradas de un estadio con mas almas que cuerpos, sin embargo, Bravin baila y brinca como si en ese lugar no cupiera un gramo mas de carne humana.

Bravin es un Indio, es la mascota de los Bravos de Margarita. Un equipo que es joven de nombre, pero antiguo en sus dueños, tan antiguo como el trabajo de Manuel. Fue cuando el dueño de los Petroleros de cabimas lo vio bailando en una fiesta de la agencia de publicidad donde trabajaba y dijo “pero este es el hombre” a partir de eso se disfrazó de buchón -nombre que en el occidente del país se le da a los pelicanos-. Ya manuel no diseña, manuel será mascota. 6 temporadas con pastora (4 como buchón y 2 como vaca), 11 como Agui en las Aguilas del Zulia y 8 temporadas con Bravos de Margarita.

No solo fue mascota de equipos de beisbol, también lo fue para Pdvsa, Seniat y otras empresas publicas y privadas. Siempre con el disfraz de Agui.




Final del 5to Inning, ahora le toca a los adultos, Bravin arma la carrera de sacos mientras bravinjunior les trunca el paso a los competidores. El calor comienza a hacer efecto dentro del apretado disfraz de Bravin y Manuel devela su rostro en el alto y estrecho pasillo de acceso al terreno, se hidrata y se sienta, pero nunca baja su energía emocional, saluda a sus amigos y conversa sobre el desarrollo del encuentro.






Aparece el final de la séptima entrada y Bravin baila con el publico, se toma foto con los niños y descansa en el dogout de su equipo, conversa con los jugadores, entrenadores y directivos, siempre atento a lo que ocurre en el diamante, no deja de silbar, gritar y aupar al equipo que le dio vida.






Son las 10:30 de la noche, finaliza el juego y Bravin ingresa al polvoriento deposito para que Manuel regrese a su forma natural, con el cuerpo sudado y agotado por mas de tres horas de brincar, correr y bailar para la afición del Estadio Nueva Esparta, retira cada una de las prendas que lo convierten en esta emblemática figura.






Sin perder el carisma y la buena vibra, regresa a su camisa, toma su bolso y se retira del estadio, mañana debe volver a la barbería Emphasis, pues es allí donde se gana la vida cortando cabello para caballeros.